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Mostrando entradas de 2014

La ética cristiana al servicio del orden de la casa y de la vida.

Tengo que admitirlo. Estoy en una etapa de caos total. Había encontrado todo este tiempo un método bastante efectivo: hacer la limpieza general de noche, los miércoles. Terminaba de cenar, empezaba lavando los platos, seguía por la cocina, y cuando me quería acordar, las 2 am me agarraban fregando en el baño de arriba. Al otro día iba cansada al trabajo, pero sabía que al regresar mi casa estaba IMPOLUTA y podía dedicarme a descansar. Ahora bien. Como siempre, el diablo metió la cola: tuve que realizar un super viaje con el club a Charata, provincia del Chaco, (fuimos a bailar en los festejos del centenario de esa ciudad). Las 15 horas de ida y 15 horas de vuelta en micro, en menos de 3 días, me dejaron de cama literalmente. Toda esta semana, cada vez que volví a mi casa me tuve que acostar ni bien terminé de comer porque, en serio, nunca no me estoy muriendo de sueño. Es así que volvimos a foja cero y mi casa es un gran cuarto adolescente con ropa en el piso, migas en

¿Qué es la Técnica Pomodoro?

A principios de esta semana, la twittera @AnitaMassacane (recomiendo seguirla, siempre publica cosas interesantes) conversaba con alguien sobre algo llamado “Técnica Pomodoro” para aumentar la productividad. Con ese nombre tan llamativo, por supuesto que decidí averiguar de qué se trataba. Aparentemente, la Técnica Pomodoro es un método de time management para encarar tareas de forma productiva, desarrollado a fines de los 80 por un italiano llamado Francesco Cirillo. El método es muy sencillo y debe su nombre a que el reloj mecánico usado para medir el tiempo por el autor de esta técnica –ya veremos- tenía forma de “Pomodoro” (tomate en italiano). Nota al pie: qué lindo es ese relojito. Esta técnica propone, básicamente, utilizar períodos de tiempo de 25 minutos cronometrados (llamados “Pomodoros”) entre los cuales hay que realizar pausas de descanso o esparcimiento de 5 minutos. Paso a paso, sería así: Decidir la tarea a realizar  Poner el pomodoro (el reloj o

Pelotudeces que sí: all in mason jars.

¿Alguien ya hizo alguna boludez en un frasco de mermelada? Yo sí. Hace un par de años largos empezamos a ver en Pinterest las fotos primorosas de limonadas puestas en frascos de vidrio: bodas campestres, babyshowers, cumpleaños y toda clase de evento fotografiable tenía al lado de su mesa de dulces un montón de limonadas servidas en frascos. Empezaba la debacle... En breve llegaría esa costumbre a nuestro país y no estábamos preparados. La cuestión es que, como no tenemos un punto medio, teníamos que empezar a poner de todo en los frasquitos, inclusive cosas que no van. ¿Quedan lindos? Sí. ¿Está bueno tomar un martini en un frasco de vidrio? No.  Sin embargo, y a pesar de que esto puede funcionar como un eficaz detector de boludos (HOLA) quería contar que estas últimas semanas estuve preparando mucha "salad in jar" -sin nada de aderezos me duraron hasta 5 días. Preparé 5 tarritos por domingo y comí una ensalada por día (al menos en la semana). 

Zona de Caos: el Lavadero.

Me mudé a la casa en la que estoy hace unos dos meses y todavía tengo que arreglar cosas. Faltan lámparas, estantes, faltan cuadritos, detalles, etc. Me juro a mí misma que estoy en eso. Como en muchos departamentos más o menos modernos, mi casa (en realidad es un dúplex) tiene integrado en la cocina el lugar para el lavarropas adentro (yo tengo en el mismo espacio lavarropas y secarropas, ya que si los pusiera separados, además de que visualmente sería una patada en los ojos, el proceso sacar de uno y poner en el otro se demoraría porque me conozco y sé que dejaría todo mojado en el canasto por horas y tal vez días).  En relación a esto, entiendo que los arquitectos o maestros mayores de obra (!) pongan la canillita del lavarropas cerca de la cocina, donde seguramente tienen conexiones de agua a mano. Pero en el fondo pienso siempre en lo devaluado que está nuestro concepto de habitar un lugar cuando veo que cada vez menos, las casas y departamentos vienen sin habitaci

Un mantra para empezar